jueves, 5 de mayo de 2011

Acordarte de él al escuchar esa canción. Llamar a un amigo por su nombre. Querer hablar con él a cada rato, no poder dejar de mirarlo, sonreír por cualquier idiotez que diga. Esa sonrisa de tonta que se te queda al acordarte de él, tantos abrazos que no puedes evitar darle al estar juntos. La alegría que te da cuando te llega un mensaje suyo, recordar algún momento y no poder evitar sonreir, aunque todos te tomen por loca. Cuando te gasta una broma y tú haces como que te enfadas pero lo que en verdad quieres es que te de esos abrazos y esos besos con los que suele solucionarlo. Querer tenerlo cerca a todo momento. Eso, exactamente eso, es empezar a querer a alguien.

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